lunes, 24 de octubre de 2011

Mucho tiempo

Como soy una conchuda hace mucho tiempo que no escribo.
Tanto tiempo que no les conté que mi novio habló con el vecino. Amablemente le expuso el caso, le dijo que los gritos se escuchaban mucho desde casa. El vecino se disculpó, argumentó que no se había dado cuenta y volvió a disculparse muerto de vergüenza.
Bárbaro, pasamos semanas de paz y amor sin ser testigos de sus momentos de lujuria.
Te juro que no entiendo como alguien puede pensar que no se escucha cuando gritas en ese volumen, pero ponele que te banco, ponele que no tengo ganas de discutir y, sobre todo, ponele que como no te escucho mas no me importa nada.

Ahora, todo estuvo genial hasta este sábado a la noche.
Me junté con un par de amigos a comer un asado en casa. Como la noche estaba linda comimos en la terraza (recuerden, la habitación de mi vecino da a la terraza). Birra va, pechito viene... música como para que todos sepan que estabamso ahí, todo bien. Pero en un momento se acaba la música, y que escuchamos? A LA GRITONA!!!! Otra vez los gemidos de la yegua!
Ok, te creo que no te diste cuenta que se escuchaba desde mi casa, pero te parece hacerlo mientras ceno a pasitos de tu ventana?
Claro que esta vez no estaba sola y se comieron el gaste de la historia: mientras ellos lo hacian había gritos del estilo "sacala que me cago" "acaba de una vez, mierda" "No creo que la tengas tan grande" y hasta aplausos y festejos al momento del orgasmo.

Ahora solo me falta cruzarlo cuando sale a colgar los calzones para preguntarle si nos escucho comer arriba, porque nosotros si lo escuchamos.