jueves, 30 de junio de 2011

Anubis, mi nueva gata

Es una de esas cosas que no sabes muy bien como pasaron. Alguien regalaba gatitos y a mi los gatos me encantan. Como una cosa lleva a la otra yo me llevé la gata a casa.
Es una cosa hermosa, muy chiquita (calculamos que tiene cerca de un mes) y con unos ojos celestes que te matan.
El chiste de esto es que también tengo una perra, y aunque a mi perra no le joden los gatos no se hasta que punto no le va a joder esta. Ella es muy celosa, sobre todo de mi, es muy pegota.

El primer inconveniente fue llevar la gata a casa. Soy pobre, viajo en colectivo. La metí en una caja y recé hasta que me bajé de ese maldito transporte público para que nadie empiece a gritar que los gatos le producen alergía.
Por supuesto cuando subí había un señor bastante mayor poniendo monedas sin que le marquen el boleto. El viejo ponía y ponía las monedas y yo con mi caja gatuna. Gatuna y llorona, obviamente no estaba ni un poco cómoda. Pero bueno, nos acomodamos y sobrevivimos la experiencia. A la mitad de la experiencia, porque para llegar a casa tomo dos colectivos pero la gata no llegaba ni en pedo y le pedi a mi novio que me pase a buscar.
Llevé al bicho al veterinario, gotitas para la conjuntivitis (obvio, sana y regalada nunca vienen juntas), gotitas para los parásitos, comidita premium y demás cosas.
El primer consejo que me dio la doctora es que la junte con la perra. Lo primero que hice cuando llegué a casa que fue? Si, juntarla con la perra. La perra se puso como loca, movía la cola en helicóptero como una desquiciada, la olía, la buscaba... todavía no sabemos si quiere jugar o comer, pero le pone mucha atención.
A mi hija le encantó la idea y se puso a googlear nombres para gatas. Entre muchas opciones eligió Anubis. En mi eterna ignorancia le conté que Anubis era un dios egipcio, pero no sabía dios de que y no me importó. Claro, no me importó hasta que me enteré de que era el dios del inframundo. Genial, mi gata tiene el nombre del dios de la muerte. Esperemos que por lo menos el día que me muera me pueda acompañar hasta el otro mundo. Para mas información lean acá, aunque seguro no lo necesitan porque ustedes vieron La momia.
En el primer encuentro "intimo" entre perra y gata, la gata la quiso arañar y la perra trató de defenderse, se la quiso comer pero estoy segura de que fue en defensa propia. El resto de los encuentros no fueron tan íntimos por las dudas, no me gusta tentar al destino.
La primer noche la gata durmió con mi hija, la perra y yo no dormimos. Ella iba y venía, olía todo y estaba atenta a la masacre. La segunda noche la gata durmió en el baño de arriba y la perra en mi cama como siempre. Va, casi como siempre, porque estaba tan cansada que no se movió en toda la noche.
Hoy es el tercer día de Anubis en casa. Ya hizo pis y caca (no hacía y eso me ponía muy nerviosa) y come cada vez que ve el tacho.

Veremos como se van llevando a medida que se conozcan un poco más. Pero les juro que estoy cagada de miedo.

8 comentarios:

xirda dijo...
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Ale dijo...
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Azelais dijo...
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Shifty dijo...
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Azelais dijo...
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Dany dijo...
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MaGui (Sí, sí... la misma) dijo...
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Azelais dijo...
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